No cabe duda de que Emilia Pardo Bazán fue una prolífica escritora que cultivó en abundancia la novela, el cuento, el ensayo, el teatro y el periodismo, con incursiones en la biografía y la poesía. Pero no menos torrencial fue su pasión por la lectura, como evidencia su simpar biblioteca, una colección heterodoxa que refleja los variados gustos de la autora y un amplio conocimiento tanto de la tradición literaria como de las corrientes más innovadoras de su época; una biblioteca que acoge la misma diversidad de géneros y estilos que su propia obra, caracterizada por una evolución constante. Por ello, es imprescindible conocer qué leía Pardo Bazán para poner en contexto su escritura.
Como ella misma contó en sus Apuntes autobiográficos, su precocidad lectora se inició a los cuatro años, cuando ya leía de corrido, y a los ocho o nueve años era tan apasionada de las letras que se deleitaba con la Biblia, la Ilíada y se sabía de memora capítulos enteros del Quijote. No mucho más tarde, cuando empezó a estudiar en el colegio francés de Madrid, comenzó a familiarizarse con la literatura francesa, de tal manera que con catorce años y dominando a la perfección el francés, ya había leído a Alejandro Dumas, George Sand y Víctor Hugo. Esta afición siempre la acompañaría y haría que se convirtiera en una de las grandes difusoras de las letras galas en España, como algo más tarde sucedería con su fervor divulgador de los grandes novelistas rusos del siglo XIX.
También contribuiría a su formación lectora su biblioteca familiar, formada por su volteriano abuelo y su liberal padre; allí encontró obras de Plutarco y sobre la Revolución francesa, pero también novelas góticas y populares. Todavía siendo una niña, inició su afición por la poesía a través de las obras de Ercilla, Balbuena y especialmente Zorrilla. Después de su boda y de viajar por Europa, sus horizontes se ampliaron y además de introducirse en la literatura inglesa, lo que la llevó no solo a leer, sino incluso a traducir a Shakespeare y Byron, comenzó a interesarse por la filosofía a través del krausismo. De Platón a Descartes pasando por Kant y Spinoza, en poco tiempo se convirtió en una experta en la historia de la filosofía, hasta el punto de que decidió aprender alemán para poder leer en su idioma original a Hegel, puerta de entrada a la literatura alemana que la llevó a Schiller, Goethe o Heine.
Hasta este momento, y más allá de sus incursiones juveniles, no era muy aficionada a la narrativa, pero cuando descubrió el nuevo mundo que le ofrecía la novela, su inmersión en la prosa fue igual de apabullante. Sin embargo, aunque se sumergió en Manzoni, Walter Scott o Dickens, apenas leía a novelistas españoles. Solo después de descubrir la gran generación de autores formada por Valera, Alarcón, Pereda, Clarín y Pérez Galdós se atrevió a dar el paso lógico y convertirse ella misma en escritora con su primera novela, Pascual (1879), en la que se dejaba notar la influencia de la picaresca española.
El siguiente paso en su evolución fue el conocimiento de la nueva literatura francesa, lo que la llevaría a leer las obras completas de Balzac, Flaubert, Zola o los Goncourt y que la marcaría profundamente, importando no sin polémica el Naturalismo a España. Pero no hay que olvidar que la huella de los clásicos españoles, manifestada en su perpetuo reconocimiento de Cervantes, Lope o Calderón, siempre estuvo presente en su obra. Por otra parte, fue una gran admiradora de la literatura catalana y gracias a su conocimiento del idioma pudo leer los textos originales de Verdaguer, Víctor Català (Caterina Albert) o Rusiñol. Obviamente, también leyó en gallego a los grandes autores de su tierra, desde Rosalía a Curros Enríquez.
Pero su afán lector no conocía fronteras: en su biblioteca se encuentran obras persas, croatas, holandesas… Tampoco hay delimitaciones cronológicas, y en ella se podían hallar desde clásicos grecolatinos hasta los autores más jóvenes y radicales. En cuento a los géneros, desde la religión hasta la ciencia, pasando por los libros de viajes o de cocina, ningún campo del saber parecía serle ajeno. Especial atención dedicó a la literatura escrita por mujeres, lo que le llevó a reivindicar el papel de autoras como Fernán Caballero o George Sand, cuyos pseudónimos masculinos evidenciaban que la literatura femenina todavía estaba necesitada de reconocimiento.
Se calcula que la biblioteca particular de Pardo Bazán pudo alcanzar los 20.000 volúmenes, una extraordinaria cifra que da cuenta de su casi inigualable labor bibliófila. En la actualidad la Real Academia Galega alberga unos 8.000 ejemplares que han sido catalogados por Mercedes Fernández-Couto Tella, mientras que el resto de los libros reunidos en las Torres de Meirás y que sobrevivieron al incendio de 1978 están a la espera de ser reunidos y estudiados.
A continuación, se ofrece una selección de algunos de los libros más destacados de la biblioteca de Pardo Bazán, ejemplares de las mismas ediciones que poseía la autora coruñesa y que se encuentran en los fondos de la Biblioteca Nacional de España. Esta breve muestra dividida por materias puede ayudar a hacerse una idea de la riqueza de su colección y permitirá a los interesados guiarse por el catálogo de la BNE en la búsqueda de los mismos libros que disfrutó, consultó y cuidó Emilia Pardo Bazán. Como anexo, se ha incluido una muestra de la colección La Biblioteca de la Mujer, que editó la propia escritora.
Bibliografía
Fernández-Couto Tella, Mercedes. Aproximación ó catálogo da biblioteca de Emilia Pardo Bazán. La Tribuna: cadernos de estudios da Casa Museo Emilia Pardo Bazán, ISSN 1697-0810, n. 1, 2003, p. 243-250. [Consulta 07/07/2021].
http://revistalatribuna.gal/index.php/TRIBUNA/article/view/108
Fernández-Couto Tella, Mercedes. Biblioteca de Emilia Pardo Bazán: procedencias. La Tribuna: cadernos de estudios da Casa Museo Emilia Pardo Bazán, ISSN 1697-0810, n. 3, 2005, p. 293-300. [Consulta 07/07/2021].
http://revistalatribuna.gal/index.php/TRIBUNA/article/view/63
Fernández-Couto Tella, Mercedes. Catálogo da biblioteca de Emilia Pardo Bazán. [A Coruña]: Real Academia Galega, [2005]
Menéndez Rodríguez, Ana María. Apéndice ao Catálogo da Biblioteca de Emilia Pardo Bazán. La Tribuna: cadernos de estudios da Casa Museo Emilia Pardo Bazán, ISSN 1697-0810, n. 5, 2007, p. 477-504. [Consulta 07/07/2021].
http://revistalatribuna.gal/index.php/TRIBUNA/article/view/130
Pardo Bazán, Emilia, Condesa de (1851-1921). Apuntes autobiográficos; Los pazos de Ulloa ; y La madre naturaleza. Colmenar Viejo, Madrid: Bercimuel, D.L. 2009
Patiño Eirín, Cristina. La Biblioteca en vilo de Emilia Pardo Bazan. En: Emilia Pardo Bazán: el reto de la modernidad. [Madrid]: Comunidad de Madrid: Biblioteca Nacional de España, [2021], p. 158-175
Sotelo Vázquez, Marisa. La biblioteca de autores catalanes de Emilia Pardo Bazán. La Tribuna: cadernos de estudios da Casa Museo Emilia Pardo Bazán, ISSN 1697-0810, n. 6, 2008, p. 31-70. [Consulta 07/07/2021].
http://revistalatribuna.gal/index.php/TRIBUNA/article/view/140
Créditos: Elaborado por el Servicio de Información Bibliográfica de la Biblioteca Nacional de España.