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El libro ilustrado español (I): Manuscritos iluminados

 

Colores


Mientras el dorado acoge todos los aspectos positivos, como el sol, el calor, la energía o la alegría, por oposición el amarillo aparece como más oscuro, apagado, triste, signo de decadencia y enfermedad. También es el símbolo de la traición, el engaño. Muchos personajes negativos, como Judas, visten de amarillo.

  

Hasta los siglos XII-XIII no fue un color litúrgico. Solo entonces el cielo comenzó a pintarse de azul. Además, la Virgen empezó a aparecer representada con un manto o un vestido de este color; el azul pasó a ser el color de la divinidad.

 

Se añadía al pergamino, que era de color beis claro o cáscara de huevo. Representaba la pureza y la inocencia. Dios se percibía como una luz blanca, al igual que los ángeles. El blanco del más allá se oponía al rojo de la excitación y el negro de la inquietud.

 

Remite al fuego y la sangre. Rojo fuego es la vida y la muerte. Rojo sangre es la sangre de Cristo, purificada, y también la mancillada, el pecado. Es importante el brillo, el rojo luminoso simboliza el poder.

  

Se trata de un color difícil de estabilizar, ya que se disipa pronto. Por eso adquirió el carácter de cambiante y poco confiable. Representa el azar y también el destino. Es el color del que visten juglares, bufones, cazadores y enamorados.

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Créditos: Elaborado por el Servicio de Información Bibliográfica de la Biblioteca Nacional de España.