Poesía
En este apartado se recogen las obras de poesía editadas en vida de Miguel Hernández, además de su obra póstuma Cancionero y romancero de ausencias, la cual no fue publicada hasta 1958 en Buenos Aires. Cada uno de los títulos reúne una selección de poemas dispuesta en un carrusel de imágenes extraídas de ediciones digitalizadas en la Biblioteca Digital Hispánica, a cuyas páginas se puede acceder haciendo click en los propios poemas. Seguidamente, se recoge una recopilación exhaustiva ordenada cronológicamente de las ediciones de cada poemario que se pueden encontrar en el catálogo de la BNE, teniendo en cuenta aquellas que puedan reunir más de un poemario en un mismo volumen, pero que no se traten de antologías. Las secciones dedicadas a cada obra se ordenan según el año de publicación de las mismas:
- Perito en lunas (1933). Influenciado por el ambiente literario de Madrid, donde la Generación del 27 continúa celebrando la poesía de Góngora, Miguel Hernández escribe este poemario tras el viaje a la capital que realizó entre diciembre de 1931 y mayo de 1932. Esto se evidencia en la elección de la estrofa escogida para los 42 poemas de la obra, la octava real, así como en el abundante uso de hipérbatos y metáforas complejas.
- El rayo que no cesa (1936). En esta obra se aprecia una evolución en la composición lírica del poeta, el cual, alejándose de la expresión y la estética neogongorina, recurre a un lenguaje menos complejo, si bien más evocador, para describir el sufrimiento amoroso. Para ello, elige el soneto como forma principal de composición, a través de los cuales refleja su insatisfacción interna y deseos, recurriendo tanto a motivos de su imaginario rural y vegetal (limón, nardo, barro) como a contraposiciones más enérgicas y afiladas (rayo, cuchillo, estalactita) que expresen su pasión irrefrenable. Aunque incluye poemas dedicados a otras temáticas, como la elegía a su amigo Ramón Sijé, parece probable que el poemario esté esencialmente inspirado en la tormentosa relación sentimental que mantuvo con la pintora Maruja Mallo.
- Viento del pueblo (1937). Este poemario, una de sus obras más conocidas, surge como respuesta al estallido de la Guerra Civil. Alistado él mismo como miliciano de la República, asume el poder de la poesía como vía de denuncia social y herramienta transformadora. Muestra un tono apasionado y esperanzador respecto a un porvenir mejor tras el conflicto bélico, empleando esa voz entusiasta tanto para arengar a los combatientes republicanos como para protestar contra las injusticias que está sufriendo el pueblo. La obra recoge diversos tipos de composiciones poéticas, entre las que se encuentra el romance (p.e. Vientos del pueblo me llevan), el cual se popularizó entre las milicias republicanas como forma de expresión poética recitada en las trincheras.
- El hombre acecha (1939). El tono heroico y la visión épica de la lucha que ofrecía su anterior poemario queda relegado en favor de una voz más íntima y desencantada ante la brutal crudeza que implica la guerra. El héroe es ahora un hombre suspicaz al acecho, transformado por el odio y la guerra en una especie de fiera que enseña sus garras. Los poemas abordan esa amargura, así como algunos aspectos sociales y políticos del contexto histórico que vive el poeta. Además, incluye un par de composiciones inspiradas en el viaje que realizó a la URSS en 1937. Como se explica en el apartado de Primeras ediciones y manuscritos, la obra se imprimió en Valencia en 1939, pero no llegó a encuadernarse ni a abandonar el taller.
- Cancionero y romancero de ausencias (1958). Editado póstumamente, este poemario inacabado reúne la poesía que Miguel Hernández compuso en prisión. Privado de libertad y de sus seres queridos, el poeta se sumerge en intensas reflexiones sobre su vida. Empleando una visión más amarga y afligida, profundiza en los grandes temas de su obra lírica, así como en las inquietudes que lo atormentan: la ausencia, el amor y la sexualidad, la tragedia de su encarcelamiento y el anhelo de libertad, la pérdida de su primer hijo, el desencanto con las pasiones humanas más turbias, etc. Se trata, en definitiva, de una obra en la que se puede apreciar la madurez y la evolución lírica del poeta, tristemente truncada por la temprana muerte del mismo.
Fuentes consultadas
Cano Ballesta, J. (1971). La poesía de Miguel Hernández (2ª ed. aumentada). Gredos.
4/95032
Cano Ballesta, J. (1985). Introducción. En M. Hernández, El hombre y su poesía (pp. 7-34). Cátedra.
SB-6 82 CAT 2
Luis, L. de (1994). Aproximaciones a la obra de Miguel Hernández. Libertarias-Prodhufi.
9/124217